Préstamos a largo plazo: ¿son una buena solución?

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10 oct Préstamos a largo plazo: ¿son una buena solución?

Al hablar de préstamos a largo plazo hay que aclarar a qué nos estamos refiriendo y en qué se diferencian de otro tipo de préstamos.

¿Qué son los préstamos a largo plazo?

Los préstamos rápidos son los que se amortizan en un plazo inferior a un año. Por el contrario, el tipo de financiación a largo plazo es aquella en la que la devolución de las cantidades adeudadas se realiza en uno o varios años. Este tipo de préstamos pueden ascender a cantidades económicas importantes y por tanto, en la mayor parte de los casos, es necesario cubrir el riesgo mediante garantías o avales.

Ventajas de los préstamos a largo plazo

El plazo de amortización y la comodidad a la hora de hacer frente a las cuotas, son dos de las principales ventajas de los préstamos a largo plazo. También es importante tener en cuenta que, debido a la dilatación en el tiempo, renegociar las condiciones de la financiación, ya sea en el plazo de amortización o en los intereses del préstamo, resulta mucho más factible.

Un crédito con garantía hipotecaria puede devolverse en más de 10 años y, en función de la cantidad, las cuotas mensuales pueden ser inferiores a un alquiler. Es por ello que muchas personas optan por este tipo de financiación en el momento de independizarse y de esta manera, el dinero gastado en la vivienda familiar se convierte en una inversión y por tanto, en  un ahorro para el futuro.

¿Por qué se evitan los préstamos a largo plazo?

Muchas personas y empresas evitan los préstamos a largo plazo con el fin de no hipotecar su futuro en cuanto a las posibilidades de inversión y crecimiento. Prefieren apoyarse en fórmulas de financiación a corto plazo, como el anticipo de facturas o el descuento de pagarés. Una entidad financiera adelanta el dinero de los cobros pendientes y, de esta manera, se consigue liquidez rápidamente, aunque los costes sean algo superiores.

Son más habituales los préstamos personales a largo plazo, como aquellos dedicados a adquirir un vehículo familiar o el mencionado préstamo hipotecario para comprar una vivienda, pues en este caso las familias pueden acomodar mejor sus gastos con un plazo de devolución más lejano en el tiempo.

Habitualmente los préstamos rápidos se conceden en muy poco tiempo, con poco papeleo y además, las cantidades económicas no son tan elevadas, por todo ello, no son necesarias garantías adicionales.

En cambio, en este tipo de préstamos a un plazo superior, suele ser habitual contar con garantías o avales que cubran las posibles contingencias que puedan surgir durante el periodo de vigencia del mismo. Esta es una de las desventajas de los préstamos a largo plazo, y también, hay que tener en cuenta, que debido a la larga duración de su amortización, el coste total de devolución de la cantidad financiada, aumenta ostensiblemente.

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