
23 mar ¿Qué ocurre cuando una empresa no tiene liquidez?
Que la economía española atraviesa un momento complicado no es ningún secreto. El principal problema de las pequeñas y medianas empresas sigue siendo la falta de liquidez. Ante esta realidad indiscutible, hay que ir en busca de soluciones para intentar dar un giro a la situación.
Una de las constantes de las pequeñas empresas: la falta de liquidez
Para que una empresa sea solvente debe contar con dinero en efectivo con el que saldar sus obligaciones de pago a corto plazo. Y en este sentido, FICOMSA se presenta como la solución para ayudar a pymes y autónomos gracias a sus servicios financieros “a medida” .
Entre las prestaciones de esta financiera se incluyen modalidades como el descuento de pagarés, anticipo de facturas o avales. Servicios personalizados para cada tipo de necesidad.
Un problema: ¡una solución!
Muchos empresarios optan por no plantar cara a la situación e iniciar una huida hacia delante. Este tipo de comportamiento hace que a la larga el problema aumente ya que para tapar el agujero pedimos un crédito con el que taparlo. Esto a su vez hace que la deuda aumente y no consigamos nuevos préstamos con los que tapar los descubiertos.
En la mayoría de los casos, la falta de liquidez no suele ser un problema puntual sino una acumulación de circunstancias. En muchas ocasiones, solo se toman medidas cuando la situación se vuelve insostenible. Esta tardanza en actuar juega en nuestra contra y ese suele ser el origen real del problema.
Otro problema añadido es el de la cultura financiera. Muchos expertos señalan que en la mayoría de los casos, los emprendedores no la poseen. Venimos de unos años de gran abundancia en los que en lugar de tener que salir a vender el producto, eran los clientes los que venían a comprar. Sin embargo, esto es cosa del pasado. Ahora lo que toca es controlar el negocio desde el punto de vista financiero, tener las ideas muy claras, hacer números y contar con unos indicadores reales que nos ayuden a saber hacia dónde se dirige la empresa.
Huir hacia delante no tiene sentido
Los expertos aconsejan actuar de forma responsable. Marcar los tiempos y actuar. Cuando un empresario realiza una inversión inicial, se marca una fecha límite para ver si le resulta rentable. Si no es así, quiere decir que no puede seguir agotando recursos de forma indefinida sin recibir nada a cambio. Esta actitud pasiva a “esperar a ver qué pasa” solo hará que el agujero se convierta en más y más grande provocando la ruina de la empresas. En estos casos lo normal sería preguntarse ¿qué pasará si no vendo? ¿se están cumpliendo mis previsiones de venta?, y no dejar que el tiempo pase sin reaccionar.
Controlar el presupuesto de tesorería
El empresario tiene que contar con una herramienta eficaz que les permita tener una visión de los cobros y pagos que hay que hacer a diario y cómo hacerlos. En ocasiones, aún disponiendo de esta herramienta, la utilizan mal ya que suelen confundir la tesorería con la cuenta de resultados. Sin embargo, ambas cosas son diferentes.
Cuenta de resultados y tesorería
Ambas cuentas son dos momentos diferentes del mismo modelo. Para una buena gestión de la tesorería hay que hablar de la valoración, de cuando estará disponible el dinero que necesitan utilizar. Esto nos indicará de donde vamos a obtener ingresos, y qué cuantía vamos a obtener a través de los cobros pendientes. Para ello hay que tener un buen control de los plazos de cobros y pagos y saber con qué cantidades contamos en cada momento.
Elaborar un buen Business Plan permitirá conocer en cada momento las capacidades de pago de la empresa. Es decir, si tiene o no tiene liquidez.
FICOMSA. Descuento de pagarés
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